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Los homínidos, como se conoce a todos los grandes simios, incluyendo al hombre, fueron el fruto de millones de años de evolución biológica. Esta evolución continuó con evolución social, que desde la horda desembocó en la sociedad actual y el hombre tal cual lo conocemos hoy. Esta evolución ha tenido como un componente fundamental la adaptación del individuo a la vida en colectivo y la adaptación de las necesidades individuales a la vida en sociedad.

Adaptación que comienza con el aprendizaje y que hoy denominamos educación. La educación podría definirse como el proceso de socialización de los individuos. Al educarse, una persona asimila y aprende conocimientos. Esto implica una concientización cultural y de su conducta, donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de generaciones anteriores.

El proceso de educación tiene un único objetivo: adaptar al individuo a la sociedad en que vive y capacitarlo para actuar dentro de ella. Es así que la educación que impartimos prefigura o define la sociedad hacia la cual deseamos ir.

La educación tiende a explicar la situación en que vivimos para que podamos ser felices dentro de ella, más allá de si tenemos o no satisfechas nuestras necesidades básicas. Sino, si se entendiera que esta es una situación injusta no duraría y se tendría que mantener la sociedad por la fuerza. Según Freire. “La educación es una práctica que responde a una clase, sea en el poder o contra el poder”. “Porque siempre educamos desde una concepción de la sociedad, que refleja desde la clase en que la pensamos.”

En este marco y bajo estas premisas es que hemos pensado y definido la necesidad de la existencia de una Escuela de Formación de FUCVAM.

Siempre ha existido la preocupación de FUCVAM por la formación de sus integrantes partiendo de dos puntos de vista: formarnos como cooperativistas para llevar adelante los principios

Hacia la sociedad que construyen nuestras cooperativas cooperativos —desde la concepción que como movimiento social hemos desarrollado en estos 45 años de existencia— y formarnos en los conocimientos básicos que nos permitan enfrentar la construcción de nuestros barrios cooperativos.

Nuestra propuesta cooperativa está basada en la autogestión, la ayuda mutua, la democracia directa y la propiedad colectiva; desarrollando la acción gremial y la independencia políticopartidaria como forma de poder llevar estos principios adelante y de continuar nuestra evolución hacia una sociedad justa.

Nuestras cooperativas basadas en estos principios prefiguran esa sociedad hacia la cual queremos caminar.

Los compañeros necesitan herramientas de conocimiento para llevar adelante la construcción de las cooperativas de vivienda. Construcción física e ideológica, el desarrollo de un pensamiento que respalde a las cooperativas. La educación que recibimos en el marco de esta sociedad, es contraria a la que es necesaria para llevar adelante el cooperativismo de vivienda. O al revés, el cooperativismo de vivienda nos lleva por un camino contrario a lo que siempre se nos ha dicho: hacé la tuya que no te importen los demás, solo importa tu éxito personal, etc.

En nuestras cooperativas desarrollamos una práctica completamente antisistema y para ello debemos educar permanentemente a nuestros asociados. Es así que nuestras dos asambleas han resuelto la creación de una Fundación que se dedique a la formación de los compañeros, a través de la Escuela Nacional de Formación (ENForma).

Solo a través de este esfuerzo que conjugue la práctica concreta de nuestros valores, su sistematización, su transformación en cultura y su traslado al movimiento lograremos prefigurar esa sociedad más justa y solidaria hacia la cual queremos ir.

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