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Libro "La Cumparsita. El Tango universal" de Alberto Magnone.

La Cumparsita: el tango universal es un libro escrito por Alberto Magnone y editado por Palabra Santa. Refi­ere la historia —muy particular— del tango más famoso del mundo. Su viaje, desde su origen en la mente de Gerardo Matos Rodríguez hasta su fama mundial, escrito con ocasión del centenario de esta pieza inigualable.

 

París, 9 de junio de 1924.

En el túnel de acceso al campo del estadio olímpico de Colombes, solo se escuchaba el seco repiquetear de los tapones sobre el cemento: los jugadores de la selección olímpica de fútbol de Uruguay, habitualmente alegres y bulliciosos, guardaban un tenso silencio. Sabían que en la próxima hora y media se decidiría su destino. Era el día de la gran ­final del primer Campeonato Olímpico de Fútbol.

A sus mentes acudieron las imágenes de su tierra, las caras de sus familiares, los amigos. El capitán Nasazzi hizo una breve arenga: «Muchachos, tenemos que dar todo por Uruguay hoy… ¡y mostrar que nuestro fútbol es el mejor del mundo! ¡Uruguay nomás! ¡Tres hurras por Uruguay!». Los demás le respondieron entusiastas y emocionados.

 

Al salir al campo los equipos, atronó la ovación.

Poco a poco, Uruguay consiguió sobresalir, y tres goles de Petrone, Cea y Romano lograron lo imposible: la selección de un país de morondanga, situado en el confín del planeta, se había consagrado campeona olímpica de fútbol.

En la tribuna, un joven de unos veinticinco años refrenaba su euforia. Gerardo Matos Rodríguez, un joven músico uruguayo, iba a comprobar con asombro durante su estancia en París que el primero y uno de los muy pocos tangos que había compuesto en su vida, llamado La Cumparsita, se estaba convirtiendo en un éxito internacional.

 

Montevideo, 1916-1917.

La Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), fundada en 1909, arrastraba serios problemas  financieros. El entusiasmo efímero que se prodigaba en las noches de bohemia era un sostén poco ­firme, y a la hora de pagar las cuotas y otras obligaciones, pocos aparecían.

Hacía muchos meses que no se pagaba el alquiler de la sede, situada en la calle Ituzaingó. Para paliar los problemas de dinero que les aquejaban, los estudiantes de la FEUU resolvieron sacar una comparsa en el Carnaval de 1917 y así, juntar fondos, pasando la gorra. Necesitaban una música para presentar su espectáculo, y Matos Rodríguez, estudiante e integrante de la FEUU, se ofreció para componerla. En un piano de cartón que se había hecho para practicar mientras guardaba cama por una enfermedad, dibujó las notas de la marchita, y luego le pidió a su hermana, algo más formada musicalmente, que la escribiera. Al escuchar la música, Becha, la hermana de Matos, le dijo que parecía un tango.

De inmediato, Matos llevó la música a sus amigos estudiantes: fue recibida con entusiasmo. El estandarte de la agrupación exhibía el nombre «La Cumparsita», que al parecer era la forma en que un camarero italiano amigo pronunciaba «comparsita». Pareció un nombre adecuado para la música y así fue bautizada.

Un famoso músico argentino, Roberto Firpo, que actuaba en ese momento en la con­fitería La Giralda, accedió a estrenar el ‑amante tango el 19 de abril de 1917. Allí empezó su carrera triunfal La Cumparsita, que, pasando luego por París, Hollywood y otros centros del arte mundial, se convertiría a la postre en la música uruguaya y rioplatense más famosa de todos los tiempos.

 

Alberto Magnone Ibarburu,

Pianista, compositor, director de orquesta y docente uruguayo.

 

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