En cada obra o en las inmediaciones de la misma, debe haber a
disposición de los trabajadores, agua potable en cantidad suficiente
tanto para beber como para su higiene personal.
Para la provisión, conservación, transporte y distribución del agua,
deben observarse las normas higiénicas necesarias para evitar su
alteración y para impedir la difusión de enfermedades.
La distribución del agua para lavarse debe ser efectuada mediante la
instalación de cañerías y lavabos con grifo y desagüe, estando prohibido
el uso de lavatorios o palanganas con agua estancada.
Si se provee de bebederos, éstos deberán mantenerse en estado de
correcta higiene.